viernes, 16 de septiembre de 2011

Pequeñas mentiras

―¿Me quieres? ―preguntó haciendo una mueca. Ambos estaban sentados sobre la hierba uno frente al otro sin siquiera mirar a su alrededor. La chica bajó la cabeza asintiendo de forma leve, algo avergonzada― ¿Me quieres, no te escucho?
―Sí ―a secas, la joven respondió. La mano del chico se dirigió hasta su mentón y lo levantó. La mirada aún seguía hacia abajo, pero lentamente fue subiendo hasta que las de ambos se encontraron y se sonrieron. De forma triste.
―¿Me quieres? ―repitió por tercera vez mientras sin apartar fijamente la vista de la pelirroja, se acercaba para besarla. Ella corrió la cara y asintió.
―Sí, te quiero ―de reojo pudo notar cómo los ojos de la chica se comenzaban a humedecer hasta lagrimear por completo; antes que el rubio dijera algo, la chica de inmediato agregó― …y no puedo, de verdad. No puedo hacer cómo que nada pasa. No puedo ignorar que no te veré más durante seis meses. No puedo… te amo.
El chico puso una sonrisa algo triste y la estrechó entre sus brazos con cariño. Haciéndole entender que él no la dejaría sola así como ella imaginaba. No porque la quería, también la amaba.
Ninguno de los dos decía nada más. Sólo se dejaban llevar por una pequeña mentira que sabían en realidad, que no era cierta. Que aquello podía acabar cualquier día. Que ese para siempre no existía y que la verdad, jamás existió.

Tumblr_lrk7h0knbx1qb2g1po1_500_large

0 comentarios:

Publicar un comentario